Dos años de encierro obligaron a los atletas y a los organizadores de eventos deportivos a trabajar para un público virtual que no ocupó ni una sola silla; sin alternativa alguna y sin una mirada objetiva, este público tuvo que confiar en los resultados oficiales emitidos por los medios de comunicación. Valiéndose de un pequeño plotter de corte, un bisturí, un bolígrafo y un libro de deportes de los años 70´s, esta serie de collages plantea unas olimpiadas distópicas que ocurren de principio a fin en un estudio de televisión, y que son transmitidas a través de una plataforma de streaming. “Tokyo 2020 HDSS”, acrónimo de High Definition Streaming Simulation, pone en medio del cuadro la interfaz del ChromaKey para cuestionar la veracidad de los hechos en un mundo aislado y sin espectadores, un mundo repleto de pantallas que transmiten 24/7. Estas piezas de pequeño formato, desarrolladas durante la pandemia en una mesa de comedor que se convirtió en taller, sólo fueron mostradas al público a través de redes sociales.

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Two years of confinement forced athletes and sporting event organizers to work for a virtual audience that did not fill a single chair; without any alternative nor objective view, this public had to trust the official results broadcasted by the media. With a small cutting plotter, a scalpel, a pen, and a sportsbook from the 70s, this series proposes a dystopic Olympiad that occurred from start to finish within a television studio and is broadcast via streaming. Tokyo 2020 HDSS, an acronym for High Definition Streaming Simulation, puts in the middle of the picture a ChromaKey interface to question the veracity of the facts in an isolated world without spectators, a world full of screens that broadcast 24/7. These small-format pieces, developed during the pandemic on a dining table that became a studio, were only shown to the public through social media.